En nuestro taller no solo aprendes un oficio, vives una experiencia, Francisca nos cuenta la suya: “Me gusta el taller porque tiene los implementos que necesitamos y la libertad de usarlos. Además, al ver a otros avanzar en sus obras, estimula a atreverse a hacer las propias. La profesora me agrada mucho, porque me siento acompañada en cada parte de mis procesos creativos, siento su cariño por lo que hace y sus ganas de transmitir sus conocimientos. Por lo demás, sus obras propias son hermosas”.